
1. EL ENFOQUE QUE DESENFOCA…
En todo el currículo se utiliza
el concepto género como algo aceptado categóricamente. El análisis del capítulo
II de la página 12 es una prueba de ello. Sabiendo que los enfoques
transversales atraviesan todo el currículo porque orientan todo el trabajo
pedagógico, se declara lo siguiente:
“Esta acción (educativa) se basa en enfoques
transversales que responden a los principios educativos declarados en la Ley
General de Educación y otros principios
relacionados a las demandas del mundo contemporáneo. Los principios
educativos son: calidad, equidad, ética, democracia, conciencia ambiental,
interculturalidad, inclusión, creatividad e innovación, además de igualdad de género y desarrollo
sostenible.”
Hay una pequeña, pero
intencional, ampliación de cita que explica de dónde vienen dichos principios
incluidos, que a su vez responden a las demandas del mundo contemporáneo.
“Los ocho primeros principios provienen de
la Ley General de Educación (art 8). El principio de Igualdad de Género se ha
tomado y adaptado del “Plan Nacional de Igualdad de Género 2012 – 2017”
(Aprobado por D.S N.° 004-2012-MIMP; p. 17), el cual se encuentra en la línea
normativa que coloca a la igualdad de género como política de Estado.”
No hay más explicación del porqué
han incluido el principio de igualdad de género, pero con eso basta. Queda
claro que no llegó de la Ley General de Educación y por ende no respeta el
orden jurídico constitucional. La Conferencia Episcopal Peruana ya expresó su
sentir al respecto: “este procedimiento
trastoca gravemente el Orden Jurídico Constitucional: una norma de menor rango
no puede estar por encima de una ley, ni contradecir a la Carta fundamental del
Estado”. Quizá sea este el camino legal para poder suprimir las nociones
provenientes de la ideología de género. Por el momento, vemos que tenemos un
Ministerio de Educación que ha incluido el principio de “igualdad de género”
como enfoque transversal del perfil de egreso del estudiante y que dicho
enfoque no proviene de la Ley General de Educación, aceptada desde el año 2003;
sino, viene del “PLANIG”, aprobada en el año 2012.
2. EL NIÑO OBEDIENTE O LA
COLONIZACIÓN IDEOLÓGICA…
En la página 11 del PLANIG dice: “El año 1995 el Perú suscribió los acuerdos
de la Plataforma de Beijing. Esta Plataforma implicó la incorporación del
enfoque de género en las políticas públicas”. Como se recuerda, la “IV
Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer” celebrada en Beijing
fue muy polémica debido a que se buscaba incluir el término género separándolo del término sexo. La nueva “ideología, forma de
pensar moderna” o nueva “perspectiva,
enfoque moderno” estaba basándose en los cuestionados estudios de género de los años 50. Esta Conferencia Mundial, es la
madre del cordero. En términos sencillos, si el Minedu se basa en el PLANIG, y
el PLANIG se basa en la Plataforma de Acción de Beijing, y esta Plataforma
aceptó que el género es una construcción social y no depende del sexo con el
que naciste; entonces, no es de “ignorantes” o “intolerantes religiosos” en
afirmar que en el Currículo de Educación se está incorporado la “ideología de
género” o los “estudios de género” o el “enfoque de género” o como quieran
llamarlo.
Ahora bien, antes del PLANIG existieron
dos planes que se llamaban “Plan de Igualdad de Oportunidades entre hombres y
mujeres”. ¿Por qué se cambió “Plan de igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres” por “Plan de igualdad de género”? La respuesta es obvia. Siguen
políticas definidas, tienen una agenda qué cumplir. Así se entiende mejor la
terquedad del ministerio en querer mantener el enfoque “igualdad de género” y
no cambiarlo por el enfoque “igualdad de oportunidades”. ¿Por qué no lo cambian
si el propio Minedu dice que significan lo mismo? Al parecer dicho Ministerio miente
porque “igualdad de género” no significa “igualdad de oportunidades”.
3. LA NUEVA UTOPÍA MODERNA…
El tercer análisis que le hacemos
al PLANIG (documento en el cual se sustenta la incorporación del concepto
“igualdad de género” al Currículo de Educación) es el relacionado a la diferenciación
que hace entre equidad de género e igualdad
de género. Este punto es el más crítico y polémico, y abarca desde la página 16 hasta la página 21.
Se empieza afirmando que equidad de género no es sinónimo de igualdad género. “Equidad de género es la justicia en el
tratamiento de varones y mujeres de acuerdo a sus respectivas necesidades. La
equidad de género supone el reconocimiento de las diferencias y la garantía de
la igualdad en el ejercicio de los derechos”, es decir, hablar de equidad
de género implica que el hombre y la mujer deban y puedan ejercer sus derechos
humanos sin que ninguno de los dos tenga más privilegios, ni que se beneficie
del otro. El tema de equidad está sustentado en la Ley General de Educación
dentro de sus 8 principios. Sin embargo, buscar la equidad no es suficiente
para el PLANIG ni para el Minedu. Se debe llegar a la “igualdad de género”.
“Igualdad
de género es la igual valoración de los diferentes comportamientos,
aspiraciones y necesidades de los hombres y las mujeres. En una situación de
igualdad real, los derechos, responsabilidades y oportunidades de los varones y
mujeres no dependen de su naturaleza biológica y por lo tanto tienen las mismas
condiciones y posibilidades para ejercer sus derechos y ampliar sus capacidades
y oportunidades de desarrollo personal, contribuyendo al desarrollo social y
beneficiándose de sus resultados.” (p.17)
Aquí está explícitamente la idea
de que el género no depende del sexo o de la naturaleza biológica. (Esta idea
es polémica y no pretendo hacer una lista de argumentos a favor o en contra. El
objetivo del texto es saber si existe o no esta ideología en el currículo).
Allí dice expresamente que “los derechos,
responsabilidades y oportunidades de los varones y mujeres no dependen de su
naturaleza biológica”. Por eso, en el mundo de “igualdad real” un hombre debería
tener la “oportunidad” de ser madre y tener un hijo con otro hombre, y lo podrá
hacer porque está en su “derecho” aunque no tenga el sexo femenino para
concebir. Si una mujer que ya está embarazada entonces puede abortar porque no
quiere tener la “responsabilidad” de ser madre. Esta igualdad de género
supondría también que los comportamientos de hombres y mujeres tienen “la misma
valoración”. Así pues, en la “situación de igualdad real” un niño que nació con
el sexo masculino, puede elegir ser hombre o mujer en un futuro porque vale lo
mismo ser hombre o mujer. O que una niña con sexo femenino desee un día cuando
tener el género masculino porque vale lo mismo ser hombre o mujer. Si esto ocurre
entonces la ley debería aceptar el matrimonio entre el género femenino y
masculino porque, aunque tengan el mismo sexo, ambos cónyuges se identifican con
géneros distintos. No hay diferencias entre los géneros, todos los
comportamientos de cada género valen igual y puedes escoger el que más te
identificas. Aunque parezca irónico, en una “situación de igualdad real” se
perdería la caballerosidad porque sería “una situación de desigualdad de
género”. Ningún hombre debería cargarle las cosas pesadas a una mujer o cederle
el asiento o decir “las mujeres primero” porque hacerlo implicaría que un
género está dominando al otro.
Todas las políticas y acciones
que se han escrito en el PLANIG corresponden a políticas de “igualdad de
género” mas no a “equidad de género”. No son sinónimos. Es obvio que hacer
políticas de equidad de género supondría que sigan existiendo diferencias entre
hombres y mujeres, mientras que realizar políticas de igualdad de género
supondría la eliminación de esas diferencias. No hay que ser ingenuos en
advertir que utilizando la lucha por el respeto al derecho de la mujer se
quiera eliminar toda diferencia entre hombre y mujeres. Al Minedu no le basta
equidad, debe lograr la igualdad de género.
4. MÁS “IDEOLOGÍA” EN EL CURRÍCULO…
En las páginas 16, 22, 30, 31 y 60 se pueden encontrar más ideología de género. Por ejemplo, la definición de “igualdad de
género”, de la página 16 del currículo, dice textualmente lo mismo que en el
PLANIG. Además dice: “Si bien aquello que
consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica-sexual,
estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras
interacciones”. Otra vez se refuerza la misma idea de esta forma de pensar, enfoque, perspectiva o
ideología que asegura que el género no está determinado por el sexo de la persona. Entonces, si me preguntan si hay ideología de género en el currículo, la
respuesta es sí.
El Currículo también habla sobre la
competencia llamada Construcción de la Identidad que está en el área de Desarrollo
personal, ciudadanía y cívica, competencia que atraviesa desde inicial hasta V
de secundaria según la página 91. “Construir su identidad”, bajo el enfoque de
género, es aceptar que uno puede construirse como él desee independientemente
de los factores biológicos o naturales que conlleva. Esta idea está allí
atravesando todo el currículo. Sí hay ideología de género en el Currículo.
Es oportuno mencionar que el
debate sobre si la identidad se construye o se desarrolla es muy polémico. Por
ejemplo, si siembras una semilla y le brindas las condiciones adecuadas se
desarrollará en una planta, no en un delfín o en una computadora. Si a un ser
humano le brindas las mejores condiciones educativas, se desarrollará como una
persona. Tanto la planta como la persona no son construcciones o no decidieron
construirse. Sólo han desarrollado su potencia interna. Son dos seres que,
llevando una esencia única y determinada, han logrado ser lo que son. El ser
hombre o mujer no son construcciones sociales, tampoco. Lo masculino y femenino
se desarrolla. Estas dos esencias se han desarrollado siempre manifestándose a
lo largo de la historia y diversos lugares de maneras distintas (hubo un tiempo
donde habían hombres llevando tacos o faldas). Pero en cada época o lugar, esa
manifestación externa llevaba consigo la esencia de lo masculino y femenino. Hay
algo específicamente femenino que se diferencia de lo masculino, y viceversa.
Por ejemplo la capacidad de acogida del otro y la connaturalidad con el
“cuidado” de otra persona manifestada en su apertura a la maternidad son
propios de la feminidad. La mujer nace y se desarrolla como mujer, igual lo
hace el hombre. Sin embargo, cuando esta diferencia se ve con los lentes del
“enfoque de género”, se llega a afirmar que “la mujer no nace, la mujer se
hace”. La respuesta a la pregunta “¿me construyo o me desarrollo como hombre o
mujer?” será la clave para ver si la competencia Construcción de la Identidad trae
un “enfoque o ideología” de género.
5. EL DEBATE ESTÁ ALLÍ…
He analizado brevemente el
Currículo Nacional de Educación 2017. Y ante la pregunta planteada en el título
de este texto sigo respondiendo que sí hay ideología de género en el currículo.
Sí está plasmada esta forma de pensar moderna llamada por sus defensores
“enfoque de género” y al mismo tiempo llamada por sus opositores “ideología de
género”.
Los que se oponen a este enfoque
de género (el género es una construcción independiente del sexo) son
básicamente los de conciencia recta. Hay que recordar que la conciencia recta
nace de la libertad del ser humano y la singularidad de la persona, ya que, a
diferencia de una conciencia laxa o inactiva, se caracteriza por estar
iluminada de la inteligencia y reforzada por la voluntad. Es decir no es una
simple oposición de unos cuántos “fanáticos religiosos”. Es cierto que hay
líderes evangélicos que argumentan utilizando las Sagradas Escrituras para
criticar esta forma de pensar. Sin embargo, nuestra postura consciente también
está validada por la razón universal y el apoyo de la ciencia moderna. Hay que
recordar que los católicos tenemos fe y razón para conocer la Verdad. No es en
vano que el papa Francisco esté denunciando públicamente esta “ideología” en
sus conversaciones diarias con la Iglesia y el mundo, que la Conferencia Episcopal
Peruana se haya pronunciado al respecto, que el obispo de Arequipa haya
criticado duramente la introducción anticonstitucional de esta “ideología” en
el currículo, que existan marchas de miles de personas protestando frente al
Minedu, que existan libros publicados sobre este tema, tesis de posgrado sobre
la ideología de género en los libros de secundaria y diversos textos que
denuncian la manera cómo se ha ido creando y divulgando el concepto género como
una construcción social independiente del sexo. Así pues, los grandes
opositores a esta ideología de género son las personas que consideran al
“género” (comportamiento social de hombres y mujeres) como desarrollo de la
singularidad de su identidad, es decir, el desarrollo de lo específico femenino
y de lo específico masculino.
El debate está allí. Lo primero que debemos hacer es aceptar que existe un conflicto, es decir, dos posturas distintas. En este caso sería: ¿Está bien enseñar que la identidad de una persona se construya independientemente del sexo o no? Es importante puntualizar la existencia de este conflicto porque sólo así sugiere que se le dedique tiempo y esfuerzo intelectual para tener más luces en la solución de este tema y poder optar por una postura. El debate está allí y se mueve en el ámbito educativo. El Ministerio de Educación no puede negar que hay posturas en contra de lo que ellos llaman “enfoque de género” y deberá resolver pronto el tema de la “ideología de género” en el Currículo Nacional de Educación 2017.
El debate está allí. Lo primero que debemos hacer es aceptar que existe un conflicto, es decir, dos posturas distintas. En este caso sería: ¿Está bien enseñar que la identidad de una persona se construya independientemente del sexo o no? Es importante puntualizar la existencia de este conflicto porque sólo así sugiere que se le dedique tiempo y esfuerzo intelectual para tener más luces en la solución de este tema y poder optar por una postura. El debate está allí y se mueve en el ámbito educativo. El Ministerio de Educación no puede negar que hay posturas en contra de lo que ellos llaman “enfoque de género” y deberá resolver pronto el tema de la “ideología de género” en el Currículo Nacional de Educación 2017.
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