¿Hay ideología de género en el Currículo Nacional?

Sí. Y está camuflada en todo el currículo bajo el término “género”. Empezar a utilizar dicho vocablo para definir la identidad de una persona es creer que realmente existe el concepto género. Escuchar decir a una persona que tiene el género masculino o femenino es llegar a preguntarse si ella cree realmente que hay una identidad de género separado del sexo o si ella es muy ingenua. Por ejemplo, cuando una persona empieza a utilizar el término “proletariado” o “clase obrera” en vez de trabajadores o “lucha de clases” para describir la historia de una sociedad, se puede apreciar que (por más que lo niegue) ve la realidad desde un “enfoque, perspectiva o ideología marxista”. Usar esos términos cotidianamente muestra realmente el fondo de su pensamiento. Escuchar en el Perú que entre un grupo de personas se llamen “camaradas” nos regresaría a la época del terror. De la misma manera ocurre al utilizar constantemente los neologismos del psicoanálisis para explicar los fenómenos psicológicos: “tengo deseos sexuales”, “creo que es un complejo de Edipo”, “pareces neurótica”, “no te reprimas”, “necesito una catarsis”, etc. Los conceptos freudianos utilizados tan “inconscientemente” reflejan que están enraizados en la actualidad y son la explicación dogmática del común de la gente. No son cuestionados ni puestos a reflexión. Se aceptan como verdades y punto. De tal forma está ocurriendo con el término “género”. Se dice que el ser femenino o masculino (y otros géneros más) es una identidad personal construida socialmente independientemente del sexo biológico con el que se nació. Pretender que todos los niños y adultos piensen así sería una dictadura. Puedes estar de acuerdo con este “enfoque (ideología)” u oponerte totalmente, pero no puedes negar su existencia diciendo: “no hay ideología de género en el currículo”. Aquí se señalará cómo esta particular forma de pensar (ideología) está introduciéndose descaradamente en el Currículo Nacional.

1. EL ENFOQUE QUE DESENFOCA…

En todo el currículo se utiliza el concepto género como algo aceptado categóricamente. El análisis del capítulo II de la página 12 es una prueba de ello. Sabiendo que los enfoques transversales atraviesan todo el currículo porque orientan todo el trabajo pedagógico, se declara lo siguiente:

“Esta acción (educativa) se basa en enfoques transversales que responden a los principios educativos declarados en la Ley General de Educación y otros principios relacionados a las demandas del mundo contemporáneo. Los principios educativos son: calidad, equidad, ética, democracia, conciencia ambiental, interculturalidad, inclusión, creatividad e innovación, además de igualdad de género y desarrollo sostenible.”

Hay una pequeña, pero intencional, ampliación de cita que explica de dónde vienen dichos principios incluidos, que a su vez responden a las demandas del mundo contemporáneo.

“Los ocho primeros principios provienen de la Ley General de Educación (art 8). El principio de Igualdad de Género se ha tomado y adaptado del “Plan Nacional de Igualdad de Género 2012 – 2017” (Aprobado por D.S N.° 004-2012-MIMP; p. 17), el cual se encuentra en la línea normativa que coloca a la igualdad de género como política de Estado.”

No hay más explicación del porqué han incluido el principio de igualdad de género, pero con eso basta. Queda claro que no llegó de la Ley General de Educación y por ende no respeta el orden jurídico constitucional. La Conferencia Episcopal Peruana ya expresó su sentir al respecto: “este procedimiento trastoca gravemente el Orden Jurídico Constitucional: una norma de menor rango no puede estar por encima de una ley, ni contradecir a la Carta fundamental del Estado”. Quizá sea este el camino legal para poder suprimir las nociones provenientes de la ideología de género. Por el momento, vemos que tenemos un Ministerio de Educación que ha incluido el principio de “igualdad de género” como enfoque transversal del perfil de egreso del estudiante y que dicho enfoque no proviene de la Ley General de Educación, aceptada desde el año 2003; sino, viene del “PLANIG”, aprobada en el año 2012.

2. EL NIÑO OBEDIENTE O LA COLONIZACIÓN IDEOLÓGICA…

En la página 11 del PLANIG dice: “El año 1995 el Perú suscribió los acuerdos de la Plataforma de Beijing. Esta Plataforma implicó la incorporación del enfoque de género en las políticas públicas”. Como se recuerda, la “IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer” celebrada en Beijing fue muy polémica debido a que se buscaba incluir el término género separándolo del término sexo. La nueva “ideología, forma de pensar moderna” o  nueva “perspectiva, enfoque moderno” estaba basándose en los cuestionados estudios de género de los años 50. Esta Conferencia Mundial, es la madre del cordero. En términos sencillos, si el Minedu se basa en el PLANIG, y el PLANIG se basa en la Plataforma de Acción de Beijing, y esta Plataforma aceptó que el género es una construcción social y no depende del sexo con el que naciste; entonces, no es de “ignorantes” o “intolerantes religiosos” en afirmar que en el Currículo de Educación se está incorporado la “ideología de género” o los “estudios de género” o el “enfoque de género” o como quieran llamarlo.
Ahora bien, antes del PLANIG existieron dos planes que se llamaban “Plan de Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres”. ¿Por qué se cambió “Plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres” por “Plan de igualdad de género”? La respuesta es obvia. Siguen políticas definidas, tienen una agenda qué cumplir. Así se entiende mejor la terquedad del ministerio en querer mantener el enfoque “igualdad de género” y no cambiarlo por el enfoque “igualdad de oportunidades”. ¿Por qué no lo cambian si el propio Minedu dice que significan lo mismo? Al parecer dicho Ministerio miente porque “igualdad de género” no significa “igualdad de oportunidades”.

3. LA NUEVA UTOPÍA MODERNA…

El tercer análisis que le hacemos al PLANIG (documento en el cual se sustenta la incorporación del concepto “igualdad de género” al Currículo de Educación) es el relacionado a la diferenciación que hace entre equidad de género  e igualdad de género. Este punto es el más crítico y polémico, y  abarca desde la página 16 hasta la página 21. Se empieza afirmando que equidad de género no es sinónimo de igualdad género. “Equidad de género es la justicia en el tratamiento de varones y mujeres de acuerdo a sus respectivas necesidades. La equidad de género supone el reconocimiento de las diferencias y la garantía de la igualdad en el ejercicio de los derechos”, es decir, hablar de equidad de género implica que el hombre y la mujer deban y puedan ejercer sus derechos humanos sin que ninguno de los dos tenga más privilegios, ni que se beneficie del otro. El tema de equidad está sustentado en la Ley General de Educación dentro de sus 8 principios. Sin embargo, buscar la equidad no es suficiente para el PLANIG ni para el Minedu. Se debe llegar a la “igualdad de género”.
 
 “Igualdad de género es la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de los hombres y las mujeres. En una situación de igualdad real, los derechos, responsabilidades y oportunidades de los varones y mujeres no dependen de su naturaleza biológica y por lo tanto tienen las mismas condiciones y posibilidades para ejercer sus derechos y ampliar sus capacidades y oportunidades de desarrollo personal, contribuyendo al desarrollo social y beneficiándose de sus resultados.” (p.17)

Aquí está explícitamente la idea de que el género no depende del sexo o de la naturaleza biológica. (Esta idea es polémica y no pretendo hacer una lista de argumentos a favor o en contra. El objetivo del texto es saber si existe o no esta ideología en el currículo).
Allí dice expresamente que “los derechos, responsabilidades y oportunidades de los varones y mujeres no dependen de su naturaleza biológica”. Por eso, en el mundo de “igualdad real” un hombre debería tener la “oportunidad” de ser madre y tener un hijo con otro hombre, y lo podrá hacer porque está en su “derecho” aunque no tenga el sexo femenino para concebir. Si una mujer que ya está embarazada entonces puede abortar porque no quiere tener la “responsabilidad” de ser madre. Esta igualdad de género supondría también que los comportamientos de hombres y mujeres tienen “la misma valoración”. Así pues, en la “situación de igualdad real” un niño que nació con el sexo masculino, puede elegir ser hombre o mujer en un futuro porque vale lo mismo ser hombre o mujer. O que una niña con sexo femenino desee un día cuando tener el género masculino porque vale lo mismo ser hombre o mujer. Si esto ocurre entonces la ley debería aceptar el matrimonio entre el género femenino y masculino porque, aunque tengan el mismo sexo, ambos cónyuges se identifican con géneros distintos. No hay diferencias entre los géneros, todos los comportamientos de cada género valen igual y puedes escoger el que más te identificas. Aunque parezca irónico, en una “situación de igualdad real” se perdería la caballerosidad porque sería “una situación de desigualdad de género”. Ningún hombre debería cargarle las cosas pesadas a una mujer o cederle el asiento o decir “las mujeres primero” porque hacerlo implicaría que un género está dominando al otro. 
Todas las políticas y acciones que se han escrito en el PLANIG corresponden a políticas de “igualdad de género” mas no a “equidad de género”. No son sinónimos. Es obvio que hacer políticas de equidad de género supondría que sigan existiendo diferencias entre hombres y mujeres, mientras que realizar políticas de igualdad de género supondría la eliminación de esas diferencias. No hay que ser ingenuos en advertir que utilizando la lucha por el respeto al derecho de la mujer se quiera eliminar toda diferencia entre hombre y mujeres. Al Minedu no le basta equidad, debe lograr la igualdad de género.

4. MÁS “IDEOLOGÍA” EN EL CURRÍCULO…

En las páginas 16, 22, 30, 31 y 60 se pueden encontrar más ideología de género. Por ejemplo, la definición de “igualdad de género”, de la página 16 del currículo, dice textualmente lo mismo que en el PLANIG. Además dice: “Si bien aquello que consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones”. Otra vez se refuerza la misma idea de esta forma de pensar, enfoque, perspectiva o ideología que asegura que el género no está determinado por el sexo de la persona. Entonces, si me preguntan si hay ideología de género en el currículo, la respuesta es sí.
El Currículo también habla sobre la competencia llamada Construcción de la Identidad que está en el área de Desarrollo personal, ciudadanía y cívica, competencia que atraviesa desde inicial hasta V de secundaria según la página 91. “Construir su identidad”, bajo el enfoque de género, es aceptar que uno puede construirse como él desee independientemente de los factores biológicos o naturales que conlleva. Esta idea está allí atravesando todo el currículo. Sí hay ideología de género en el Currículo.
Es oportuno mencionar que el debate sobre si la identidad se construye o se desarrolla es muy polémico. Por ejemplo, si siembras una semilla y le brindas las condiciones adecuadas se desarrollará en una planta, no en un delfín o en una computadora. Si a un ser humano le brindas las mejores condiciones educativas, se desarrollará como una persona. Tanto la planta como la persona no son construcciones o no decidieron construirse. Sólo han desarrollado su potencia interna. Son dos seres que, llevando una esencia única y determinada, han logrado ser lo que son. El ser hombre o mujer no son construcciones sociales, tampoco. Lo masculino y femenino se desarrolla. Estas dos esencias se han desarrollado siempre manifestándose a lo largo de la historia y diversos lugares de maneras distintas (hubo un tiempo donde habían hombres llevando tacos o faldas). Pero en cada época o lugar, esa manifestación externa llevaba consigo la esencia de lo masculino y femenino. Hay algo específicamente femenino que se diferencia de lo masculino, y viceversa. Por ejemplo la capacidad de acogida del otro y la connaturalidad con el “cuidado” de otra persona manifestada en su apertura a la maternidad son propios de la feminidad. La mujer nace y se desarrolla como mujer, igual lo hace el hombre. Sin embargo, cuando esta diferencia se ve con los lentes del “enfoque de género”, se llega a afirmar que “la mujer no nace, la mujer se hace”. La respuesta a la pregunta “¿me construyo o me desarrollo como hombre o mujer?” será la clave para ver si la competencia Construcción de la Identidad trae un “enfoque o ideología” de género.

5. EL DEBATE ESTÁ ALLÍ…

He analizado brevemente el Currículo Nacional de Educación 2017. Y ante la pregunta planteada en el título de este texto sigo respondiendo que sí hay ideología de género en el currículo. Sí está plasmada esta forma de pensar moderna llamada por sus defensores “enfoque de género” y al mismo tiempo llamada por sus opositores “ideología de género”.
Los que se oponen a este enfoque de género (el género es una construcción independiente del sexo) son básicamente los de conciencia recta. Hay que recordar que la conciencia recta nace de la libertad del ser humano y la singularidad de la persona, ya que, a diferencia de una conciencia laxa o inactiva, se caracteriza por estar iluminada de la inteligencia y reforzada por la voluntad. Es decir no es una simple oposición de unos cuántos “fanáticos religiosos”. Es cierto que hay líderes evangélicos que argumentan utilizando las Sagradas Escrituras para criticar esta forma de pensar. Sin embargo, nuestra postura consciente también está validada por la razón universal y el apoyo de la ciencia moderna. Hay que recordar que los católicos tenemos fe y razón para conocer la Verdad. No es en vano que el papa Francisco esté denunciando públicamente esta “ideología” en sus conversaciones diarias con la Iglesia y el mundo, que la Conferencia Episcopal Peruana se haya pronunciado al respecto, que el obispo de Arequipa haya criticado duramente la introducción anticonstitucional de esta “ideología” en el currículo, que existan marchas de miles de personas protestando frente al Minedu, que existan libros publicados sobre este tema, tesis de posgrado sobre la ideología de género en los libros de secundaria y diversos textos que denuncian la manera cómo se ha ido creando y divulgando el concepto género como una construcción social independiente del sexo. Así pues, los grandes opositores a esta ideología de género son las personas que consideran al “género” (comportamiento social de hombres y mujeres) como desarrollo de la singularidad de su identidad, es decir, el desarrollo de lo específico femenino y de lo específico masculino.
El debate está allí. Lo primero que debemos hacer es aceptar que existe un conflicto, es decir, dos posturas distintas. En este caso sería: ¿Está bien enseñar que la identidad de una persona se construya independientemente del sexo o no? Es importante puntualizar la existencia de este conflicto porque sólo así sugiere que se le dedique tiempo y esfuerzo intelectual para tener más luces en la solución de este tema y poder optar por una postura. El debate está allí y se mueve en el ámbito educativo. El Ministerio de Educación no puede negar que hay posturas en contra de lo que ellos llaman “enfoque de género” y deberá resolver pronto el tema de la “ideología de género” en el Currículo Nacional de Educación 2017.

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